Es derecho de tod@s contar con información clara sobre la variedad de alimentos disponibles en el mercado. A su vez, interesarnos por estos temas nos hace ser consumidor@s más conscientes y responsables con nosotr@s mism@s y con el entorno. Comer orgánico nos aporta grandes beneficios que veremos en este artículo.
A diario nos enfrentamos a múltiples mensajes de la industria alimentaria a gran escala, generando mucha confusión e información orientada a un fin comercial, que deja de lado nuestro bienestar.
Me parece imprescindible hablar de los múltiples beneficios de comer orgánico. Es un tipo de producción que me genera muchísimo respeto y emoción. Este es el tipo de alimentos que elijo para que acompañen mi día a día.
En este artículo te cuento cuáles son los principales beneficios de elegir productos orgánicos.
Pero antes de empezar: ¿de qué hablamos cuando hablamos de orgánicos?
Los alimentos orgánicos son aquellos que llegan al consumidor manteniendo sus características naturales. Es decir, que durante su proceso productivo no se le adicionaron agrotóxicos ni otros aditivos químicos. Esto quiere decir que hay otros que si llegan a nosotr@s con una gran cantidad de agrotóxicos o químicos artificiales, si, los alimentos de producción convencional y los creados bajo procesos industriales a gran escala.
Podemos encontrar alimentos orgánicos como frutas, verduras, granos, semillas, carnes, huevos, leche, entre otros. O también alimentos mínimamente procesados que fueron elaborados a partir de materia prima orgánica, como pueden ser quesos, conservas, mermeladas, harinas, pasta seca, etc.
Una pequeña aclaración de la forma de llamar a estos productos es que también podemos encontrarlos como alimentos ecológicos o agroecológicos.
Estos son los alimentos que consumían nuestros abuel@s o bisabuel@s, antes de que la industria a gran escala interfiriera en nuestra alimentación.
Ahora si, vamos a conocer algunos de los beneficios de comer orgánico:
Mantienen sus propiedades nutricionales.
Los orgánicos son los alimentos de mayor calidad por excelencia. Al conservar las características tal como los creó la naturaleza nos proveen de nutrientes que son precisamente lo que necesitamos para mantener al organismo funcionando de forma óptima.
Formamos parte de la naturaleza, por tanto, nuestro cuerpo está diseñado para consumir exactamente este tipo de alimentos.
Ningún producto al que se le adicionaron químicos artificiales, que fue diseñado en un laboratorio o por grandes procesos industriales va a contener nutrientes de calidad como lo tienen los alimentos naturales.
Dato: Orgánico no es lo mismo que natural.
Por ejemplo: un tomate es un alimento natural (proviene directamente de la naturaleza) pero si en su proceso productivo se le adicionaron químicos a los cultivos, deja de ser orgánico.
No contienen residuos tóxicos.
Por su parte, es necesario aclarar que los alimentos que no son orgánicos, contienen residuos químicos tóxicos para nuestro organismo, ya que en su proceso productivo se le adicionaron químicos que interfieren en las funciones vitales. Si bien estos químicos llegan en pequeñas cantidades al producto final, el efecto de su consumo durante un largo plazo está comprobado que deteriora nuestro organismo.
En este punto es necesario aclarar que sin embargo, ser extremistas con nuestra alimentación no es una manera sana de vincularnos con ella. Quizás al día de hoy sea muy difícil mantener una alimentación 100% orgánica, pero si te interesa consumir este tipo de productos, puedes empezar incorporándolos en los grupos de alimentos más disponibles en el mercado, como pueden ser frutas y verduras. Tu cuerpo y el medio ambiente lo van a agradecer. Y a su vez es una manera de apoyar esta producción para que continúe creciendo.
Nos proporcionan un mayor disfrute.
¿Te pasó que compraste tomates en el super y no tenían gusto a nada? ¿O que las frutas no mantenían su olor característico?
Esto se debe a que la industria a gran escala prioriza el rendimiento para generar grandes cantidades de productos (muchos de los cuales se terminan desechando por sus características estéticas) a costa de que se pierda su calidad nutricional y sensorial, como el sabor o el aroma.
Los alimentos orgánicos, al mantener la calidad que brinda la naturaleza, son un placer para los sentidos. Esto confirma que desde su concepción los alimentos son creados para ser disfrutados. Conservan la diversidad de colores, aromas y sabores intacta. Si aún no los probaste, te invito a que lo hagas y te sorprendas con las maravillas que creó la naturaleza para nuestro disfrute.
Mantienen una mayor frescura.
En las frutas y verduras, si comparamos el tiempo desde que se cosecharon en el modelo convencional frente al modelo orgánico podemos encontrar una gran diferencia. Los alimentos del modelo convencional pasan semanas (y hasta incluso más tiempo) desde que salen de la tierra y llegan a las góndolas de los supermercados.
En cambio, los alimentos orgánicos podés adquirirlos directamente comprando al agricultor. Esto a su vez tiene implícito otro beneficio, y es que vas a poder hacerle preguntas sobre el producto que estás comprando.
Una de las primeras veces que recorría una feria de productores orgánicos, me encontré con unas acelgas enormes, frescas y de un verde brillante, me llamaron tanto la atención que le pregunté al productor (que son quienes atienden en general en ese tipo de ferias) cuándo habían sido cosechadas, y me contestó: esta mañana. Por supuesto, las compré, y me llenó de felicidad cenar un alimento que ese mismo día había salido de la tierra.
Cuidan y respetan el medio ambiente.
La producción orgánica, al no introducir en la tierra químicos artificiales protege los recursos naturales, promoviendo la sustentabilidad de los suelos a largo plazo. Evita desechos tóxicos tanto para la tierra como para el cuerpo humano. Permite un comportamiento natural de toda la biodiversidad.
A su vez esta producción guarda y aprovecha el agua de lluvia como principal fuente de riego, por tanto, hace un uso más sustentable de este valioso recurso.
Como consumidores, apoyar y reclamar alimentos de calidad es nuestra responsabilidad. Informarnos sobre el origen de lo que estamos eligiendo para nutrir nuestro organismo es un acto de generosidad con nosotr@s mism@s y con el ambiente.
En este artículo elegí contarte sobre algunos beneficios de comer orgánico, pero hay muchos más, como la estacionalidad en frutas y verduras, la protección de la cultura alimentaria local, de las habilidades humanas, entre otros. Si bien, la información aquí expuesta tiene el objetivo de darle una mayor visibilidad a este tipo de alimentos, si aún no los probaste, te invito a que lo hagas y formes tu propia opinión al respecto.
