Una hermosa manera de involucrarte con el cambio en tu alimentación es revisar tus compras. En el artículo anterior hablé sobre el supermercado y las razones por las, desde mi experiencia, recomiendo evitarlo. En este, quiero compartirte alternativas más conscientes a la hora de realizar las compras de alimentos.
Alimentación consciente, compras conscientes
Una alimentación consciente, desde mi punto de vista, es aquella en la que tomamos decisiones conscientes, donde hemos cuestionado lo que hacemos y no realizamos acciones en modo automático. Esto incluye, no sólo los alimentos que compramos, sino dónde.
Para muchas personas, el supermercado es la única opción a la hora de hacerse con los alimentos para sus comidas semanales. Pero creo que ampliar el abanico de posibilidades es una forma de involucrarse más con el acto de comer, y por supuesto ayuda a tener hábitos más saludables.
Cada vez existen más propuestas para comprar alimentos fuera de los supermercados. Puede que a simple vista no se vean, sobre todo si tenés muy arraigados ciertos hábitos desde hace mucho tiempo, pero te invito a que explores alternativas cercanas a tu hogar, quizás te sorprendas con la cantidad de opciones que podés encontrar.
Con cada alimento que compras estás decidiendo a que sistema productivo apoyas.
Te voy a compartir algunas alternativas, pero antes quiero resaltar que un punto en común que tienen es la posibilidad del intercambio con quien te vende el alimento. No es algo menor, es importantísimo mantener ese intercambio, incluso hasta se generan vínculos muy cercanos y humanos. Propongo volver a hablar de nuestra alimentación, darle su lugar de importancia en nuestras vidas, no para que sea el foco central de todo, pero si para que seamos cada vez más conscientes de que estas elecciones son lo que van a determinar en gran parte nuestro bienestar.
- Ferias barriales: Podés encontrar diversidad de productos, tanto frescos como secos, y suele haber pocos ultraprocesados. Por su parte creo que es toda una experiencia para los sentidos, colores, aromas, sonidos (comparemos esto con la frialdad de un super). Las ferias para mi tienen algo especial, no es sólo hacer las compras, es un paseo. También es bien particular en cada zona o lugar, nos dice mucho de la cultura del barrio o de la ciudad.
- Mercados de alimentos: En estos establecimientos encontramos una gran cantidad de opciones y diversidad dentro de los distintos grupos de alimentos. Suelen ser productos muy frescos y de cercanía.
- Emprendimientos de comida: Cada vez vemos más este tipo de servicios, tanto sea para alimentos como para preparaciones. En general cuidan mucho el producto y la materia prima, incluso podés sugerirles preparaciones que te gusten y tener opciones en casa para facilitar ciertos momentos como puede ser una celebración o simplemente para lo cotidiano.
- Tiendas de alimentos: Estos locales suelen estar especializados en un producto, como pueden ser quesos, especias, carnes o de forma más amplia, alimentos naturales. Un punto super importante es que, quienes trabajan en las tiendas suelen saber mucho sobre los productos que venden, incluso te pueden hacer sugerencias sobre algo específico que estés buscando o si querés probar nuevos alimentos o sabores.
- Directo al productor: Este es mi favorito, que placer comprarle directo a la persona que cultivó los alimentos o que vió todo el proceso. Acá el intercambio es sumamente enriquecedor. Comprar alimentos sin intermediarios, creo que es la manera más consciente de nutrirnos. En esta clasificación encontramos las ferias de productores orgánicos o agroecológicas, si aún no probaste este tipo de alimentos te lo recomiendo ampliamente.
Otros aspectos importantes
Sea donde sea que vivas, los alimentos de estación, y de cercanía son los de mayor calidad nutricional. Podemos encontrar diversos beneficios en alinear nuestras compras alimentarias a estos aspectos. Por un lado los alimentos de estación son aquellos que necesitamos en cada momento. La madre naturaleza no hace nada porque si, todo está perfectamente pensado. Si querés indagar más sobre esto, te recomiendo el libro Tierra, del que tengo el placer de formar parte y habla justamente de esto, podés encontrar más información en este enlace: Libro Tierra.
Cuando hablo de alimentos de cercanía o locales, me refiero a aquellos que fueron cultivados cerca de tu lugar de residencia. No es lo mismo consumir, por ejemplo, un pescado de la costa cercana a donde vivís que consumir uno que vino de la otra parte del mundo. Hay múltiples razones para elegir local, la frescura no va a ser la misma, la calidad nutricional tampoco, ya que se pierde tanto por el método de conservación como por el traslado. A su vez, el transporte de dichos alimentos genera mayor contaminación cuánto más lejos sea su origen. Por su parte, si elegís local vas a estar apoyando a productores de tu zona y protegiendo la cultura alimentaria del lugar donde vivís.
Siempre aclaro que los extremos no son buenos, si consumís algún alimento que no cumpla estas características te recomiendo que no entres en pánico ni lo asocies a un mal hábito. Lo importante es ir haciendo cambios paso a paso, en función a lo que creas importante para vos y en todo caso considerar la mayoría de los alimentos que consumís.
Reflexionemos sobre los precios
Quizás estés pensando que tener este tipo de hábitos es más caro. Quiero compartirte varios aspectos sobre esto. Por un lado la parte biológica de nuestro organismo. Cuando comemos de calidad, la cantidad disminuye, porque la señal de saciedad se alcanza con nutrientes. Cuánto mayor sea la calidad nutricional, mayor va a ser la sensación de saciedad. Por lo tanto elegir alimentos de calidad disminuye la cantidad de alimentos que necesitas ingerir a diario.
Pero pensemos en otro aspecto que también es importante a la hora de decidir. Los sistemas productivos capitalistas han logrado (para su bien, pero no para el nuestro), disminuir la calidad de los alimentos, por tanto también su precio, esto también lo alcanzan produciendo a gran escala. Pero debemos considerar que una de las grandes consecuencias es la mano de obra barata (otra es la contaminación), la precariedad laboral a la que se exponen a diario miles de personas para que muchos productos sean “más baratos”.
Comprar tres kilos de naranja por un precio absurdamente bajo puede parecer una gran oferta, pero no lo es. Entonces, cuando nos enfrentamos a diferentes precios creo que no sólo podemos pensar en si es más caro no no, sino en cuánto vale el producto que estamos comprando, cuál es su precio justo, para que quién se encarga de producirlo también gane y pueda sostener su vida dignamente.
Pasa mucho con los alimentos orgánicos, la gente se queja del precio. Estos son precios justos, que no varían en función a la oferta y la demanda. Un kilo de naranja sale lo mismo cuando hay mucha que cuando hay poca, ¿por qué? Porque este tipo de precios está calculado en base a lo que realmente vale el producto.
En el próximo artículo te voy a compartir tips prácticos a la hora de planificar las compras de alimentos, para que sean, no sólo conscientes, sino eficientes en cuánto a recursos.
Te animo a que experimentes vos mismx y explores que lugares para comprar alimentos de forma más consciente existen cerca de tu casa, como dije antes, quizás te sorprendas…
