Licenciada en Nutrición Allyson Monzón

5 estrategias sencillas para alimentarte conscientemente

En la alimentación se da la maravilla de que, es un proceso que nos involucra a tod@s como seres que necesitamos energía para mantener la vida. Por tanto, podemos establecer tantos puntos de vista como personas. Dónde la capacidad de tomar decisiones con autonomía me parece fundamental.

Cuando hablamos de una alimentación consciente, podemos encontrar distintas formas de interpretarlo.

Desde mi perspectiva, una alimentación consciente es aquella dónde las decisiones que tomamos a diario están guiadas por elecciones justamente, conscientes. Que involucran la forma en que pensamos, sentimos y actuamos, es decir que involucran formas de elegir que no son en modo automático, sino que tienen un sentido detrás. Esa mirada integral permite que nuestras elecciones sean atravesadas por la coherencia con lo que somos.

Cada vez que elegís un alimento estás tomando una decisión, y esta puede ser de forma automática o consciente. Pero es una elección al fin. Elegir conscientemente que tipo de alimentos le brindamos a nuestro organismo y como utilizamos los recursos para nutrirnos nos hace más libres.

El término alimentación consciente, en general se refiere al creado a partir del método “Mindful Eating Conscious Living” (alimentación consciente vida consciente) de las terapeutas Jan Chozen Bays y Char Wilkins. Está basado en la teoría del mindfulness del Dr Jon Kabat-Zinn. Aplican a la alimentación el método de la atención plena, y desarrollan pilares que se enfocan en poner toda la atención al momento de comer.

En este artículo quiero plantear una mirada más enfocada en el tipo de elecciones que hacemos a diario, desde mi perspectiva de lo que es alimentarnos conscientemente.

A continuación te comparto 5 estrategias para que te alimentes de forma más consciente:

Estrategia #1: Conocer el origen de los alimentos.

Nuestro cuerpo, según Deepak Chopra, es un “milagro de ingeniería biológica”, y como parte de la naturaleza, está diseñado para recibir alimentos naturales.

Existe una gran diferencia entre los productos industrializados, creados en una fábrica a gran escala industrial y un alimento de origen natural, o un derivado de estos.

Hacerte la pregunta de cuál es el origen del alimento que vas a elegir te puede ayudar. Por ejemplo: el pan (harina, agua, un poco de sal y en algunos casos levadura), es un alimento derivado de naturales si es casero, de masa madre o de panadería dónde lo elaboran de forma tradicional. Por otro lado, es un alimento industrializado si viene en una bolsa o se le agregaron aditivos químicos.

Acá la diferencia es sencilla, un alimento de origen natural te nutre, un alimento de origen industrial no te nutre. Y no quiero entrar en los “buenos o malos” ya que ese modelo de ver los alimentos creo que genera más frustración y hasta incluso el modelo de lo prohibido hace que se deseen más lo que no está “permitido”. Prefiero dividirlos en alimentos que nutren o que no nutren.

Cuestionarse sobre el origen de un alimento te brinda información para luego tomar una decisión más consciente y libre, sea cual sea tu elección.

Estrategia #2: Hacer cambios graduales.

Cuando conocemos el origen del alimento, accedemos a una información que a veces puede abrumar, y cuando conectás con la información de que podés estár dándole a tu cuerpo alimentos que no te nutren, y queres avanzar en el proceso, seguramente lo primero que vas a pensar es en hacer un cambio radical.

Alerta spoiler: eso no sirve.

Los cambios radicales difícilmente sean sostenidos en el tiempo. La manera de transitar hacia una alimentación más consciente es ir paso a paso, eligiendo de a poco que cambios son mejores en este preciso momento para ti.

¿Qué proporción de alimentos de origen natural hay en tu alimentación diaria? Ese es tu punto de partida, mi recomendación es ir cambiando esa proporción de a poco, empezando por metas simples que puedas alcanzar. Los primeros pasos son esenciales, porque son los que hacen que el proceso se establezca o no. Acá es cuando se juega tu constancia, si esto se hace imposible o muy difícil de sostener, lo más seguro es que en poco tiempo dejes de intentarlo y vuelvas a tu alimentación inicial. Por eso SIEMPRE recomiendo ir paso a paso.

Celebrá cada éxito, por más pequeño que sea, cada paso es lo que va a construir tu nuevo estilo de vida más consciente.

Estrategia #3: Consumir productos orgánicos.

El maravilloso mundo de los orgánicos nos asegura (entre otros) dos grandes beneficios: consumir alimentos de calidad verdadera, y una experiencia hermosa para los sentidos.

Una alimentación consciente implica que cuestiones y te involucres en tus elecciones. Elegir orgánico es elegir conscientemente, ya que son alimentos tal como los da la naturaleza.

Los productos orgánicos están libres de químicos artificiales. El cuerpo no está diseñado para consumir agregados artificiales, de hecho, estos interfieren en los procesos normales del organismo.

A su vez estás apoyando a productores orgánicos, convencidos de que su trabajo es un aporte para la consciencia colectiva, con los que seguramente compartís valores sobre el cuidado del medio ambiente y de la salud.

Estrategia #4: Comprar con consciencia.

¿Dónde compras tus alimentos? Cada vez que compras un alimento estás eligiendo a que modelo productivo apoyas, a quién decidís aportar tu dinero.

Este es un aspecto que frecuentemente no se tiene en cuenta.

Cada vez hay más personas ofreciendo alimentos o preparaciones cuidadas en todo su proceso, con materia prima de calidad, en la que ponen su cariño, también haciendo elecciones conscientes.

Por ejemplo: establecimientos o personas que se embarcan en el maravilloso mundo de la masa madre, productores orgánicos, o emprendedores que facilitan algunas preparaciones con ingredientes de calidad.

A la larga, estás eligiendo si invertir en comida de calidad o terminar pagando medicamentos o a profesionales de la salud para restaurar la salud. Alimentarse conscientemente también es prevenir y evitar posibles preocupaciones en relación a tu bienestar general.

Estrategia #5: Elegir local y de estación.

Hay una gran diferencia entre consumir un alimento plantado en nuestras tierras y elegir uno que viene de la otra parte del mundo, que nada tiene que ver con nuestros hábitos ni con la estacionalidad.

Elegir conscientemente, como dije, implica conocer a quién estás apoyando con tu forma de consumo, si aportas para crezca el mercado local o el de otro país. El tipo de alimentos que elijas es una estrategia que también tiene impacto en la economía.

Por su parte, los alimentos de estación son exactamente aquellos que nuestro cuerpo necesita en cada momento del año. Un regalo por parte de la naturaleza que muchas veces no es tenido en cuenta. Principalmente ocurre con las frutas, hortalizas y granos. Adaptar nuestros hábitos a los ciclos naturales permite que el organismo funcione de forma óptima y sin dudas, es una manera de alimentarnos más conscientemente.

Espero que estas estrategias te aporten y que sean útiles para que sientas que estás siendo más consciente en tu alimentación. Estas prácticas también las implemento yo en mi día a día.

Ahora que ya contás con esta información te recuerdo que lo más importante es ir paso a paso, reconociendo el punto en el que estás hoy y reflexionando sobre cuál es la estrategia que sea adapta mejor a vos en este momento. Esto te va a permitir avanzar en el proceso de forma más acertada e incorporar hábitos gradualmente para que se logren establecer. Y… de esa manera estás asegurando desde ya un hermoso camino hacia una alimentación más consciente.

Nutricionista Allyson Monzon

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